El tiempo es algo que no se puede controlar; el tiempo pasa y no se puede retener, no perdura: las horas, los minutos, los segundos que pasan ya son pasado y nunca volverán.
Cada vez más se ve a la gente corriendo por las calles, por los pasillos de una empresa ... y casi siempre por la misma razón "no tengo tiempo". El tiempo es un valor limitado, por lo que si queremos sacar el máximo provecho de éste, tenemos que gestionarle lo mejor posible. Una vez, una amiga a la cual le diagnosticaron un cáncer en última fase me dijo: "puedes escoger que el tiempo que te quede esté lleno de energía y esfuerzo o gastarlo quejándote. Por tanto, mi conclusión es que lo pases siendo feliz, con la mayor alegria posible."
Emplear el tiempo efectivamente debe ser siempre tu ideal pero nunca convertirse en una obsesión. Si se presentan algunos imprevistos, sé flexible. Trata siempre de disfrutar lo que estés haciendo y no desperdicies el tiempo lamentándote por lo que dejaste de hacer. El tiempo es un recurso único. Día a día, todos gozamos de la misma cantidad y debe gastarse a razón de 60 segundos por minuto.
En vista de que no podemos aumentar el tiempo que tenemos, vivirlo con calidad se convierte en la única variable a manejar. Tu tiempo es tuyo y no pertenece a nadie más. Sólo tú puedes mejorar la calidad de tu tiempo. Puede ser un enemigo a vencer o un aliado si te logras organizar.
Por lo tanto, gestiónate tu tiempo (diferencia lo que es importante de lo que es urgente, establece prioridades, planifícate) porque administrar el tiempo significa administrarse a uno mismo.